Coliseo

Con cuatro descomunales gradas de asientos, esta arena de gladiadores era la más grandiosa del mundo y podía albergar a 80.000 espectadores. El edificio dominaba la ciudad. Profusamente decorado con mármol, el Coliseo permitía a los romanos ver todo y a todos a quienes habían conquistado. Este inconfundible símbolo del poder y la riqueza de Roma fue construido por el emperador Vespasiano y su hijo, Tito, y estaba listo en menos de una década. Las ruinas que quedan hoy en día solo muestran la estructura de cemento desnuda, que ha ido perdiendo el mármol con el transcurso de los siglos. Cuarenta y dos emperadores vieron morir aproximadamente a 700.000 personas en el Coliseo, desde cristianos, pasando por muertes en masa, hasta las ejecuciones más elaboradas. ¡Y todo ello con el mero fin de entretener!

Su complejo escenario permitía espectáculos tan innovadores como la recreación de batallas navales, inundando la arena, la caza de fieras exóticas como jirafas, tigres o cocodrilos, sin olvidar las treinta y seis trampillas con las que estaba equipado y que se traducían en una gran variedad de sorpresas para los gladiadores que lidiaban sobre la arena.