Taller

Muchos artesanos ya utilizaban los talleres en tiempos remotos. En ellos se perfeccionaban habilidades y se creaban cofradías para enseñar y proteger los beneficios frente a competidores externos. La herrería, la cerámica y la fabricación de armas eran todas habilidades que se transmitían de padre a hijo. Todas las habilidades que necesitaba una ciudad se podían encontrar en los pequeños talleres que había en las casas y negocios.

Sin embargo, algunos comercios y habilidades eran menos agradables para los trabajadores y vecinos. Por ejemplo, en el taller de un batanero, el arte de blanquear las togas de la élite romana se realizaba con la orina que se había recogido en recipientes por las calles. El batanero se pasaba el día pisando la orina descalzo para que esta penetrase en la ropa. Luego, la ropa se enjuagaba y se añadía azufre para eliminar cualquier mancha restante. Por último, se secaba y se preparaba para devolvérsela a sus propietarios como nueva.