Fábrica de losas

Después de que los romanos llegaran, vieran y vencieran, generalmente solían construir. Y lo hacían al estilo de sus ciudades natales, usando el ladrillo, cuya producción se había desarrollado en Italia. Los romanos usaron el ladrillo para construir sus edificios públicos y privados, dejando los materiales más sofisticados para revestir la fachada exterior solamente. Frente a las construcciones hechas con madera y paja, cañas entretejidas y barro o mampostería, el ladrillo supuso un gran avance. La construcción ganó en rapidez y comodidad. Pero, por encima de todo, ladrillos y tejas eran fuertes y duraderos.

El ejército romano fue en gran medida el principal responsable de la expansión de las construcciones de ladrillo por todo el imperio con sus hornos, a menudo estampando el emblema de la legión en los ladrillos. La técnica fue extendiéndose entre pueblos locales hasta llegar a convertirse en el estándar de construcción en muchos lugares durante siglos.