Pescaderos

El marisco siempre ha sido importante en el Mediterráneo. El mar podía garantizar alimentos para todo el mundo, aun en épocas de mala cosecha.

El pescado era muy importante para los romanos por el garum, una salsa de pescado que añadían a muchas comidas para intensificar su sabor. Aunque, quizás, los paladares modernos no encontrarían esta salsa tan apetitosa, pues estaba hecha con los intestinos salados del pescado, dejados a fermentar durante varios meses. El sabor exacto de un garum en particular dependía del pescado con el que se hiciera, de las hierbas que se utilizaran durante la fermentación y de su envasado en las ánforas. El comercio de esta sabrosa y variada salsa estaba muy extendido y era muy importante en el mundo romano. ¡Hasta las tropas tenían su garum para sazonar su comida aunque estuvieran de servicio en la lejana Britania!

Aparte de su sabor y de añadirse a las comidas romanas, el garum también se usaba como medicina para todo tipo de dolencias; aunque, dados sus principales ingredientes, debió de ser usado sobre todo para los casos de estreñimiento. Aun así, el garum no gustaba a todos: Séneca, el filósofo estoico romano, lo odiaba con todas sus fuerzas, a pesar de que su familia provenía de una región de Hispania especializada en la fabricación de garum.