Comerciante de animales

Los animales exóticos eran apreciados para su exposición y uso en los deportes y por sus pieles y pelajes. Algunos, como los camellos, los perros y los elefantes se entrenaban para la batalla. Si se les manejaba con cuidado, los perros y los elefantes podían causar el pánico en los enemigos menos disciplinados; ¡si no se tenía cuidado con ellos también podían causar el caos entre los aliados! Seleuco I Nicátor, el Vencedor, y fundador del imperio seléucida, consiguió quinientos elefantes de guerra gracias a un tratado de paz con el emperador Chandragupta Maurya. Fueron decisivos para la victoria de Seleuco I Nicátor en la Batalla de Ipso en el 301 a. C.

El comercio de animales era altamente lucrativo. La gran popularidad alcanzada por los juegos romanos celebrados en los anfiteatros suponía que las arenas no daban abasto y necesitaban animales constantemente. Algunas poblaciones de animales, incluso las que provenían de más allá de los dominios de Roma, casi se extinguieron por culpa de estos espectáculos. Los mercaderes orientales seguían el dicho pecunia non olet.