Cada campaña comienza tras la seleccionar una facción. Cada uno de ellos tiene un punto de partida único y distintas ventajas estratégicas. Las facciones se dividen en dos tipos: facciones grandes y pequeñas. Una facción grande puede ser seleccionada para jugar con ella en función de su situación geográfica e importancia durante el periodo en que se sitúa la gran campaña. Las facciones menores no se pueden elegir, aunque se podrán conquistar. Cada facción pertenece a una cultura que dicta el estilo de sus edificios y los tipos de unidad.
Cada facción pertenece a una cultura que dicta el estilo de sus edificios y los tipos de unidad que tienen disponible. Hay cinco tipos de culturas: Romana, helénica, púnica, bárbara y oriental. Antes de enviar a tus tropas a un lugar, puedes mandar allí a tus dignatarios para que propaguen tu cultura entre la población antes de conquistarla; así evitarás los problemas de orden público derivados de conquistar una región con una cultura distinta.
Cada facción tiene un conjunto de características específicas o rasgos de la facción. Estos funcionan de manera similar a los rasgos del personaje pero están ya presentes desde el principio de la campaña y no se otorgan a medida que se realizan progresos. Cada rasgo confiere uno o más efectos que otorgan una bonificación o una penalización en alguno de los aspectos de las actividades de la facción. Mira en la pestaña de resumen del panel de la facción para verlos. Los rasgos de la facción son permanentes.