La definición contemporánea de cinismo es una desconfianza hacia los otros y en general una actitud fatalista sobre la vida de manera crónica. Sin embargo el la antigüedad, el concepto de filosofía cínica era bastante diferente. Los filósofos cínicos promovieron la idea de armonía con la naturaleza y la realidad. Pedían el rechazo de todas las riquezas y poderes de origen humano, rehuyendo del deseo de fama y sexo y viviendo una vida libre del materialismo. Un estudiante de Sócrates, Antístenes, es considerado el primer filósofo cínico, pero pronto le siguieron otros, quizás de forma más radical Diógenes, que vivía en una bañera en las calles de Atenas. Con el paso del tiempo, la filosofía cínica se centró demasiado en los aspectos negativos de la humanidad, dando lugar a su interpretación moderna, pues el rechazo al materialismo arrojaba luz sobre la codicia inherente y amoralidad de la condición humana.
