Las legiones romanas tenían la reputación de ser una aterradora fuerza de combate, pero no fue este el único elemento que dio ventaja a la República en el campo de batalla. El buen conocimiento del terreno y la obtención de información fueron elementos que Roma usó para superar a sus enemigos. La información brindada por espías y aliados en puntos avanzados respecto de la posición del ejército inclinó la balanza a favor de los romanos en más de una ocasión. En un momento de la segunda guerra púnica, Roma interceptó a un espía que reveló que Asdrúbal pretendía reunirse con Aníbal y reforzar su debilitado ejército. Roma usó esta información para adelantarse e interceptar a Asdrúbal, lo que truncó los planes cartagineses y aceleró el fin de la guerra.
