La alianza de César con Pompeyo se forjó sobre meros intereses políticos. A cambio de su consulado en el 59 a. C., César accedió a aprobar la petición de Pompeyo para que se adjudicarán terrenos a sus veteranos y confirmó los distintos asentamientos políticos que este había orquestado en Asia. Por otra parte, César consiguió unir a Pompeyo y Craso, otrora adversarios políticos, para formar lo que sería conocido como el primer triunvirato. Esta alianza política quedó aún más fortalecida gracias al matrimonio entre Pompeyo y Julia, la hija de César y su primera esposa, Cornelia Cinna. Estas nupcias, y el fuerte lazo que creaban entre las dos ambiciosas familias, hicieron saltar la alarma entre sus oponentes políticos, como Catón y Cicerón.
