Organización laboral

  • +3% a los ingresos por impuestos
  • +2 al orden público
  • -5% a la corrupción
Descripción

Aunque la propiedad de la tierra no estaba vetada para los ciudadanos o los hombres libres, solo los muy ricos podían dedicarse a ello adecuadamente. Al invertir en una numerosa mano de obra, los terratenientes podían hacerse con pequeñas granjas familiares y monopolizar el mercado. Empleaban a una inagotable cantidad de ciudadanos que carecían de tierras y que formaban en grupos, cuando era posible, y a quienes vigilaban de cerca para que la productividad se mantuviese alta. Aunque a estos trabajadores se les etiquetaba como “mano de obra esclava”, se les recompensaba con raciones y otros incentivos como un sueldo para motivarlos y garantizar que las tierras se trabajaban de forma eficaz.

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