La helenización implicó la expansión de muchos aspectos de la cultura griega por todo el mundo antiguo. Aunque generalmente el término se usa para describir la adopción de la ley, la arquitectura, las prácticas religiosas griegas, etc., entre las conquistas orientales de Alejandro Magno, también alude a la gradual absorción de aspectos de la cultura helénica por parte de aquellas sociedades tribales "bárbaras", situadas en los lindes del mundo heleno, como Tracia o Iliria, a lo largo de unos quinientos años.
En las tribus, la helenización era más evidente entre las clases altas, aspirantes a ostentar un grado de "civilización" semejante al de los griegos. Sin embargo, las numerosas derrotas ante los griegos obligaron a cambiar gradualmente la manera en que tracios e ilirios planificaban la guerra, lo que les acabó llevando, a su vez, a utilizar su propia versión de la falange de hoplitas y una variación más pesada del peltasta original, aquel escaramuzador ligeramente acorazado que era igualmente efectivo en combate cuerpo a cuerpo.
