Roma de Lépido (Emperor Edition)

En Roma, dejar tu fortuna en manos de otros es una locura. Esta es una lección que Lépido aprendió por las duras. Cuando César fue asesinado, mantenía la posición de Magister Equitum, o maestro de caballos, lo que lo convertía en el segundo de mando de la República. Tras esos acontecimientos, Lépido se alió con Marco Antonio en contra de Octaviano, prometiéndole autoridad y tropas a cambio del puesto de Pontifex Maximus o sumo sacerdote. Esto llevó a la formación del segundo triunvirato, que lo estableció como uno de los gobernantes absolutos de la República.

Acompañando a su nuevo estatus se le concedió el segundo mejor lote de tierras solo por detrás del recibido por Marco Antonio. Satisfecho con esto, se quedó para encargarse de la administración de Roma mientras Octaviano y Marco Antonio partieron para derrotar a los asesinos de César. El éxito de esta expedición no fue favorable, pues Octaviano y Marco Antonio usaron el prestigio obtenido para redistribuir el control de la República en detrimento de Lépido./n/nEn lugar de ser recompensado por su lealtad, Lépido fue relegado a los territorios periféricos de África e Hispania por la unión de cuya creación él mismo había sido un elemento esencial. No obstante, verse apartado bien podría significar el fin de sus enemigos. Mientras sus antiguos aliados se amenazaban mutuamente, Lépido se dedicó a fortalecer su posición mediante el control de la provincia más rica de la República. Libre de toda noción de lealtad, podría volver a luchar para llegar a la cúspide del poder; pero, para ello, debía esperar la oportunidad adecuada.