Pérgamo (Colonias del Mar Negro)

Aunque no jugó un papel importante en las guerras griegas contra Persia, Pérgamo ganó protagonismo durante la lucha entre los sucesores de Alejandro Magno por controlar su fragmentado imperio. Tras la muerte del gran rey de Macedonia, Lisímaco de Tracia obtuvo el poder de la ciudad, y la usó para almacenar el tesoro necesario para su continua guerra contra Antígono. Sin embargo, Filetero, que estaba a cargo de las provisiones, cedió los talentos de plata, Pérgamo y su espada a Seleuco. Lamentablemente, como ocurría a menudo en la política de los sucesores, Seleuco fue asesinado poco después de matar a Lisímaco en Corupedio en el año 281 a. C, dejando a Filetero el dinero y la fortaleza que se había expandido alrededor de este.

Aunque técnicamente sigue siendo un puesto de avanzada del Imperio seléucida, Pérgamo ha florecido bajo Filetero, en consonancia con su ampliación de influencia en Anatolia. La misma ciudad se ha ganado su impresionante acrópolis, junto con enormes templos dedicados a Deméter y Atenea, la patrona de Pérgamo entre los dioses.

Aunque Pérgamo se ha convertido en un centro de la cultura helénica en la región, un faro de luz y conocimiento tras cincuenta años de masacre, todavía no es un reino propiamente dicho. Con el Imperio seléucida en declive, ahora es el momento adecuado para su expansión más allá de sus fronteras. Sin embargo hay muchas amenazas a las que hacer frente: los galos gálatas han llegado hace poco a la región y, en oriente, los hipócritas Ponto y Capadocia compiten por expandirse. Pérgamo debe ser fuerte para luchar contra estas crecientes amenazas hacia su soberanía, debe demostrarles cómo sobrevive un verdadero estado de los sucesores.