Ponto

La dura región de Ponto está bañada por el mar Negro. Sus habitantes son una rica mezcla, descendiente de griegos y persas. Controla la mayor parte del comercio en el mar Negro y sus gobernantes se han servido de agentes y de sus lazos comerciales con gran parte del mundo conocido para recabar información sobre potenciales rivales.

Su armada y su ejército son igualmente poderosos. Si bien Ponto cuenta con buenos navíos de guerra, quizás su único talón de Aquiles sea la caballería, ya que su terreno no es el más adecuado para la cría de equinos. El resto del ejército, producto de las influencias griega y persa, es lo suficientemente poderoso como para hacer reflexionar a cualquier oponente.

Ponto había formado parte de la satrapía de Capadocia, hasta que Alejandro Magno destruyó el imperio de Darío. Fue entonces cuando pasó a convertirse en un estado vasallo de Macedonia bajo el mando de Antígono, el gobernador frigio de Alejandro. Tras la muerte de este, y en medio de la confusión resultante de las guerras de los diádocos, Ponto obtuvo su independencia en el 302 a. C., gobernado por Mitrídates Ktistes, apodado "el fundador". Ha mantenido su independencia y su carácter greco-persa bajo una dinastía de origen persa.

Ahora, tras haber repelido la invasión encabezada por Ptolomeo de Egipto, Ponto tiene la oportunidad de expandir sus territorios por Anatolia, la Grecia continental y, probablemente, hasta tierras aún más lejanas. Muchos imperios han tenido comienzos más difíciles...