Suevos

Los suevos o "nuestro pueblo" no están formados por una sola tribu, sino por un conjunto de grupos más pequeños que comparten idioma, deidades y un creciente interés en saquear a sus vecinos galos, al otro lado del Rin. Este interés por la guerra es importante, pues es a través de ella como los guerreros ganan fama y notoriedad. Aunque los reyes y los jefes suelen ser miembros de la élite o de las familias "nobles", los cargos son electos. El éxito en la guerra es una buena forma de alcanzar y mantener el poder en las tribus. Esta necesidad de gloria y de ser visto llevando a cabo poderosas hazañas quizás sirva para explicar la característica física más distintiva de un suevo: su pelo. Para distinguirse de los esclavos, los hombres libres y los guerreros suevos llevan un moño en la cabeza que los hace más altos y les da un aspecto más aterrador. En el caso de reyes, jefes y adalides, este "moño suevo" es más elaborado de lo habitual. De este modo, aquel que lleve a cabo grandes hazañas será claramente visible en el campo de batalla.

Y hemos de recordar que los suevos no son precisamente oponentes fáciles en combate. Sus tácticas de infantería y de saqueo son insuperables y la framea, un tipo de jabalina, es letal en sus manos.

Aunque hasta ahora parecían satisfechos con su general aislamiento, los suevos podrían unirse bajo una sola causa: la conquista. Un líder suevo con la suficiente determinación podría tomar con facilidad Galia, Britania e Iberia. Solo hace falta tener fe en los dioses y voluntad para tomar la lanza y alzar el escudo...