Saldar las deudas
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Descripción
Como gobernador de Hispania, César acumuló grandes deudas, entre ellas los sobornos que tuvo que pagar para asegurarse su nombramiento y posteriores proconsulados en Galia e Ilírico. Incapaz de responder a las exigencias de sus deudores al final de su mandato, acudió a sus aliados en busca de ayuda. Fue Craso quien saldó las mencionadas deudas y actuó como su aval en otras, a cambio de que César le brindara su apoyo político incondicional. Con las enormes cantidades de oro que expolió en la Galia —que consiguió vender a tres mil sestercios la libra en Italia—, César consiguió saldar sus deudas restantes y, más importante aún, poner fin a su dependencia de Craso.