Honderos tribales

Coste de reclutamiento 270
Coste de mantenimiento 70
Daño de proyectiles 20
Alcance 150
Disparos por minuto 7
Munición 25
At. cuerpo a cuerpo 8
Daño de armas 24
Bonificación de carga 3
Def. cuerpo a cuerpo 37
Armadura 15
Salud 45
Moral base 25
Puntos fuertes y débiles
  • Muy largo alcance
  • Velocidad de disparo normal
  • Inflige mucho daño, pero escasa perforación de armaduras
  • Muy débil cuerpo a cuerpo
  • Moral muy escasa
Descripción

Los honderos eran muy comunes en los ejércitos antiguos. La honda, de hecho, era un arma muy antigua que ya se usaba en el Paleolítico. Al contrario que los arcos, las hondas eran de fácil confección y tenían un gran alcance.

Se construían con lino, cáñamo o junco trenzado y tenían un apoyo sobre el que se colocaba la piedra. En un extremo tenían una presilla por donde se metía el dedo y, por el otro, un nudo o cinta para proporcionar agarre. El hondero insertaba el dedo corazón en la presilla y sujetaba el extremo anudado con el índice y el pulgar. A continuación, hacía girar la honda y soltaba el proyectil con un golpe de muñeca. La honda era un arma particularmente odiada por aquellos que sufrían sus proyectiles, y es que era un arma que se disparaba y recargaba con extrema facilidad.

La munición empleada podía consistir en piedras de ríos, trozos de arcilla o plomo, el cual podía llegar a una distancia de cuatrocientos metros. Los proyectiles a veces llevaban inscripciones con comentarios sarcásticos como "¡cógelo!" o "¡ahí va!". Era muy difícil detectar los proyectiles en el aire y, aunque carecían del poder penetrante de las flechas, podían romper huesos y armaduras a corta distancia. Es por todos sabido que el cónsul romano Paulo fue asesinado por el disparo de una honda en la desastrosa batalla de Cannas.

Disponible para las siguientes facciones: