Hexeres de asalto, Espadachines gálatas

Coste de reclutamiento 1,040
Coste de mantenimiento 208
Salud de los barcos 1,046
Velocidad de barcos 5
At. cuerpo a cuerpo 32
Daño de armas 40
Def. cuerpo a cuerpo 52
Armadura 45
Salud 50
Puntos fuertes y débiles
  • Gran resistencia del casco
  • Tripulación pesada
  • Poca velocidad
  • Embestida potente
  • Muy buen abordaje
  • Buena capacidad de ataque
  • Capacidad de defensa normal
  • Inflige daños medios pero posee una escasa perforación de armaduras
  • Moral normal
Descripción

Con el paso de los siglos, las tácticas navales y las necesidades cambiaron a lo largo del Mediterráneo. La tendencia fue la de tener barcos más grandes, en parte como expresión de poder nacional o dinástico. Los gobernantes ptolemaicos de Egipto tenían especial predilección por los barcos grandes que usaban como prueba fehaciente para mostrar su riqueza e influencia. Estos polirremes —término que significa "muchos remos"— no eran aptos para realizar embestidas durante el combate. En la práctica muchos de ellos no tenían más remos que los barcos más pequeños, lo que sí tenían eran más remeros por remo que estos. El hexarreme romano o el hexere griego tenían dos filas de remos con tres remeros por remo. Esto era una versión de dimensiones extremadamente grandes de un barco más pequeño. Aun así, debido a su construcción extremadamente pesada y fuerte, se movían muy lentamente y les era imposible girar rápidamente, lo que era necesario para aprovechar los errores enemigos. A cambio, estos grandes barcos le sacaban partido a sus anchas cubiertas y a su gran capacidad de transporte y se convirtieron en plataformas de combate para la infantería y la artillería. El abordaje o el bombardeo a larga distancia eran los métodos ideales para derrotar al enemigo. La guerra naval había vuelto a su punto de origen en lo referente a métodos de combate, aunque ahora los barcos eran de un tamaño mucho mayor.

Los fieros y orgullosos gálatas llegaron a dominar Anatolia Central y el este de Frigia. Se habían separado de los celtas emigrantes tras las invasiones de Macedonia y Grecia por parte de Breno en el 279 a. C. Tres tribus, los tectosages, los tolistobogii y los trocmi, se desplazaron por Tracia y cruzaron el Bósforo hasta llegar a Anatolia. Llegaron como aliados de Nicomodes de Bitinia, garantizando la victoria para él en una pugna dinástica contra su hermano. Tras una breve guerra inconclusa entre Nicomedes y el rey seléucida Antíoco, establecieron la zona que sería conocida como Galacia. El territorio se dividió entre las tres tribus; cada una mantuvo su propia capital, pero permanecieron unidas bajo el mismo consejo en Drynemeton, un bosque sagrado de robles, situado al sudoeste de Ancira, la capital de los tectosages. Los gálatas, gobernados por una aristocracia militar, permitieron a los habitantes de Capadocia un control relativo sobre sus propias ciudades y tierras a cambio de diezmos. Los mercenarios gálatas, terribles guerreros que luchaban al estilo celta, eran muy valorados y respetados por comandantes griegos, romanos y seléucidas. De hecho, la guardia personal de Ptolomeo de Egipto consistía en mercenarios celtas, y es muy posible que estos hombres proviniesen de Galacia.