Nave de saqueo mediana de asalto, Lanceros de leva

Coste de reclutamiento 460
Coste de mantenimiento 92
Salud de los barcos 1,067
Velocidad de barcos 3
At. cuerpo a cuerpo 18
Daño de armas 22
Def. cuerpo a cuerpo 59
Armadura 40
Salud 50
Puntos fuertes y débiles
  • Buena resistencia del casco
  • Tripulación normal
  • Gran velocidad
  • Embestida débil
  • Buen abordaje
  • Unidad defensiva normal
  • Causa pocos daños pero cuenta con una perforación de armaduras normal
  • Débil en ataque
  • Escasa moral
Descripción

La mayoría de las tribus del norte de Europa no eran potencias navales, pero sí que contaban con hábiles marineros. También dominaban las técnicas de construcción de barcos y, aunque la mayoría de las embarcaciones eran barcos pequeños recubiertos de cuero para navegar en el interior y en la costa, se construyeron barcos más grandes para navegar en aguas profundas. Los carpinteros de ribera usaban tablas gruesas para los cascos; estas se unían entre sí para luego recubrir un esqueleto de madera, creando así una robusta embarcación que pudiese aguantar las condiciones del Atlántico. Julio César quedó sorprendido con la calidad de los barcos enemigos cuando su flota se encontró con los vénetos de los moderna Britania de la época. Los barcos de los vénetos tenían el fondo plano para poder navegar en aguas poco profundas, pero a la vez estaban construidos con roble pesado para soportar los mares más agitados. Esto los convertía en un fuerte enemigo para las galeras romanas y les permitía esquivar las embestidas. César decía que los barcos enemigos estaban construidos de "tablones de un pie romano de ancho, estaban sujetos con pinchos de hierro tan anchos como el pulgar de un hombre y las anclas usaban cadenas de hierro en vez de cables". Cuando los romanos se veían obligados a abordar se encontraban con temibles guerreros, acostumbrados a luchar cuerpo a cuerpo en mar abierto.

Los lanceros eran el alma de las fuerzas tribales germánicas. Se criaron entre festejos y saqueos y ansiaban la oportunidad de enfrentarse a un enemigo digno. La ferocidad de su ataque inicial era conocida y muy temida, pues estos tenían poco respeto por los peligros que les esperaban y entraban en una especie de locura a través de cánticos y canciones, además iban armados con lanzas con punta de hueso y jabalinas. El "furor teutónico", como los calificaban los romanos, no se parecía en nada a la desorganización típica de los celtas. Los germánicos atacaban en columnas ordenadas o en formación de cuña conocida como “cabeza de jabalí”.

Requiere
: Edificios
Regiones
Argentorate Noviomago Uburzis
Disponible para las siguientes facciones: