Arqueros egipcios
Coste de reclutamiento | 280 | |
Coste de mantenimiento | 70 | |
Daño de proyectiles | 35 | |
Alcance | 125 | |
Disparos por minuto | 6 | |
Munición | 15 | |
At. cuerpo a cuerpo | 8 | |
Daño de armas | 24 | |
Bonificación de carga | 3 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 12 | |
Armadura | 10 | |
Salud | 45 | |
Moral base | 25 |
Habilidades
- Resistente a la fatiga
- Esconderse en el bosque y en los matorrales
- Resistente al calor
- Disparo incendiario
Puntos fuertes y débiles
- Largo alcance
- Velocidad de disparo normal
- Inflige mucho daño, pero escasa perforación de armaduras
- Muy débil cuerpo a cuerpo
- Moral muy escasa
Descripción
Las tropas nativas reforzaban a las falanges griegas del Egipto ptolemaico. Estos valientes y orgullosos guerreros realizaban distintos cometidos para sus señores egipcios, pero se les usaba más comúnmente como peltastas, protegiendo a los escaramuzadores, en los flancos de las falanges o realizando escaramuzas en terrenos difíciles. Aunque los ptolomeos adoptaron las costumbres de los faraones y su infraestructura religiosa, el descontento entre la población nativa continuó siendo una constante en todo Egipto. Esto se debía, en parte, a que los señores griegos usaban las tradiciones de los faraones para llenar sus arcas a costa del pueblo común. El núcleo de los ejércitos ptolemaicos siempre estuvo formado por griegos, hasta la batalla de Rafia, en el 217 a. C., cuando se enfrentaron a un ejército seléucida tan grande que Ptolomeo IV se vio obligado a congregar a treinta mil egipcios nativos por primera vez. La necesidad se impuso sobre la desconfianza hacia los desilusionados nativos. Su actuación en la batalla finalmente hizo que se incrementara la proporción de tropas nativas en el ejército egipcio, lo que derivó en una mayor diversidad de funciones para los hombres que se habían ganado la confianza de sus comandantes griegos.