Trihemiolia de persecución, Jabalineros egipcios
Coste de reclutamiento | 490 | |
Coste de mantenimiento | 98 | |
Daño de proyectiles | 32 | |
Alcance | 80 | |
Disparos por minuto | 7 | |
Salud de los barcos | 585 | |
Velocidad de barcos | 7 | |
At. cuerpo a cuerpo | 8 | |
Daño de armas | 24 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 37 | |
Armadura | 15 | |
Salud | 45 |
Habilidades
- Resistente a la fatiga
- Esconderse en el bosque y en los matorrales
- Resistente al calor
- Disparo incendiario
Puntos fuertes y débiles
- Resistencia del casco débil
- Tripulación normal
- Inalcanzable
- Embestida débil
- Abordaje pobre
- Combate con proyectiles normal
- Corto alcance
- Gran velocidad de disparo
- Inflige muchísimo daño y cuenta con una muy buena perforación de armaduras
- Muy débil cuerpo a cuerpo
- Moral muy escasa
Descripción
Se piensa que los rodios, una importante potencia naval en el Mediterráneo oriental, desarrollaron la trihemiolia —también conocido como el "dos y medio"— como barco para sus empresas piratas. Dado que Rodas es una isla que depende totalmente del mar y los barcos, esta teoría es creíble. Los piratas usaron la hemiolia, un pequeño barco muy útil que fue desarrollado a partir del birreme, que era un barco con dos filas de remos. Tiene sentido pensar que los cazadores piratas cogerían el trirreme, con tres filas de remos, y lo modificarían de modo parecido. La trihemiolia tenía tres filas de remos a cada lado, pero los remos de la fila superior se redujeron a la mitad, y se colocaban en el medio del barco. El resultado era un barco más rápido y más práctico y, sobre todo, más alto, lo cual suponía una gran ventaja para los arqueros que iban a bordo. También ofrecía un beneficio estratégico a los rodios, que solo podían contar con los hombres de una isla. Podían utilizar seis trirremes con un grupo completo de remeros o siete trihemiolias para el mismo número de hombres. Este útil diseño fue adoptado rápidamente por otras potencias marítimas por todo el Mediterráneo.
Las tropas nativas reforzaban a las falanges griegas del Egipto ptolemaico. Estos valientes y orgullosos guerreros realizaban distintos cometidos para sus señores egipcios, pero se les usaba más comúnmente como peltastas, protegiendo a los escaramuzadores, en los flancos de las falanges o realizando escaramuzas en terrenos difíciles. Aunque los ptolomeos adoptaron las costumbres de los faraones y su infraestructura religiosa, el descontento entre la población nativa continuó siendo una constante en todo Egipto. Esto se debía, en parte, a que los señores griegos usaban las tradiciones de los faraones para llenar sus arcas a costa del pueblo común. El núcleo de los ejércitos ptolemaicos siempre estuvo formado por griegos, hasta la batalla de Rafia, en el 217 a. C., cuando se enfrentaron a un ejército seléucida tan grande que Ptolomeo IV se vio obligado a congregar a treinta mil egipcios nativos por primera vez. La necesidad se impuso sobre la desconfianza hacia los desilusionados nativos. Su actuación en la batalla finalmente hizo que se incrementara la proporción de tropas nativas en el ejército egipcio, lo que derivó en una mayor diversidad de funciones para los hombres que se habían ganado la confianza de sus comandantes griegos.