Cuatrirreme de asalto, Lanceros de leva
Coste de reclutamiento | 560 | |
Coste de mantenimiento | 112 | |
Salud de los barcos | 825 | |
Velocidad de barcos | 5 | |
At. cuerpo a cuerpo | 18 | |
Daño de armas | 22 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 59 | |
Armadura | 40 | |
Salud | 50 |
Habilidades
Puntos fuertes y débiles
- Resistencia del casco normal
- Tripulación normal
- Velocidad normal
- Embestida normal
- Abordaje normal
- Unidad defensiva normal
- Causa pocos daños pero cuenta con una perforación de armaduras normal
- Débil en ataque
- Escasa moral
Descripción
Existe un gran debate sobre cómo funcionaban estos enormes navíos antiguos, los principios se entienden, pero los detalles no están siempre claros. Si se traduce el nombre literalmente, el cuatrirreme romano o el tetreres griego tenía cuatro hileras de remos. Sin embargo, no está claro cómo cuatro remos con un remero cada uno se podían usar sin que se enredaran, incluso con una tripulación muy entrenada, o cómo los remeros de arriba podían manejar los remos extremadamente largos con un ángulo inclinado y ayudar en la propulsión. Lo más probable es que "remo" se usase como sinónimo de "remero" y la hilera más baja tuviera más de un hombre por remo. La otra opción era la de volver a la doble fila de remos, con dos hombres cada una. Construir barcos con dos hileras de remos también habría sido más barato. Fuese como fuese, el resultado era un barco que podía competir en velocidad con el trirreme más ligero, pero con más espacio para la cubierta por lo que podía tener un contingente de combate más grande o más artillería.
Los lanceros eran el alma de las fuerzas tribales germánicas. Se criaron entre festejos y saqueos y ansiaban la oportunidad de enfrentarse a un enemigo digno. La ferocidad de su ataque inicial era conocida y muy temida, pues estos tenían poco respeto por los peligros que les esperaban y entraban en una especie de locura a través de cánticos y canciones, además iban armados con lanzas con punta de hueso y jabalinas. El "furor teutónico", como los calificaban los romanos, no se parecía en nada a la desorganización típica de los celtas. Los germánicos atacaban en columnas ordenadas o en formación de cuña conocida como “cabeza de jabalí”.