Dieres de asalto, Infantería mercenaria egipcia

Coste de reclutamiento 350
Coste de mantenimiento 260
Salud de los barcos 501
Velocidad de barcos 6
At. cuerpo a cuerpo 16
Daño de armas 24
Def. cuerpo a cuerpo 46
Armadura 55
Salud 45
Puntos fuertes y débiles
  • Resistencia del casco muy débil
  • Tripulación muy ligera
  • Mucha velocidad
  • Embestida débil
  • Buen abordaje
  • Ataque normal
  • Débil en defensa
  • Inflige daños medios pero posee una escasa perforación de armaduras
  • Escasa moral
Descripción

El espolón de la línea de flotación fue acoplado a un barco por primera vez alrededor del 850 a. C. Esto transformó los barcos de guerra y las tácticas navales. Aquellos dejaron de ser las plataformas de los combates de infantería sobre el agua para pasar a ser armas en sí mismos. Las galeras cambiaron, adaptándose a la nueva realidad. Una embestida con velocidad era capaz de perforar y hundir un navío enemigo, para lo cual se necesitaban barcos ágiles, estrechos y veloces. Para obtener más velocidad se necesitaban obviamente más remos. Un barco rápido con una sola fila de remos era demasiado largo y poco práctico. La solución era colocar un grupo adicional de remeros sobre los primeros, pero ligeramente escalonados para permitir más bancos para los remeros. Los birremes, o el equivalente griego dieres, no eran más largos que los diseños previos, pero sí contaban con el doble de remos. Eran rápidos, maniobrables, y podían transportar un contingente de combate. Algunas naciones daban a la tripulación de los birremes vasijas de fuego. Estas vasijas de arcilla se llenaban de aceite y alquitrán y las lanzaban a los barcos enemigos con la esperanza de incendiarlos.

Las tropas nativas reforzaban a las falanges griegas del Egipto ptolemaico. Estos valientes y orgullosos guerreros realizaban distintos cometidos para sus señores egipcios, pero se les usaba más comúnmente como peltastas, protegiendo a los escaramuzadores, en los flancos de las falanges o realizando escaramuzas en terrenos difíciles. Aunque los ptolomeos adoptaron las costumbres de los faraones y su infraestructura religiosa, el descontento entre la población nativa continuó siendo una constante en todo Egipto. Esto se debía, en parte, a que los señores griegos usaban las tradiciones de los faraones para llenar sus arcas a costa del pueblo común. El núcleo de los ejércitos ptolemaicos siempre estuvo formado por griegos, hasta la batalla de Rafia, en el 217 a. C., cuando se enfrentaron a un ejército seléucida tan grande que Ptolomeo IV se vio obligado a congregar a treinta mil egipcios nativos por primera vez. La necesidad se impuso sobre la desconfianza hacia los desilusionados nativos. Su actuación en la batalla finalmente hizo que se incrementara la proporción de tropas nativas en el ejército egipcio, lo que derivó en una mayor diversidad de funciones para los hombres que se habían ganado la confianza de sus comandantes griegos.