Hemiolia de asalto, Arqueros mercenarios dacios

Coste de reclutamiento 370
Coste de mantenimiento 270
Daño de proyectiles 35
Alcance 125
Disparos por minuto 6
Salud de los barcos 402
Velocidad de barcos 6
At. cuerpo a cuerpo 8
Daño de armas 24
Def. cuerpo a cuerpo 12
Armadura 10
Salud 45
Puntos fuertes y débiles
  • Muy pobre resistencia del casco
  • Tripulación ligera
  • Grandísima velocidad
  • Embestida débil
  • Abordaje muy pobre
  • Combate con proyectiles pobre
  • Largo alcance
  • Velocidad de disparo normal
  • Inflige mucho daño, pero escasa perforación de armaduras
  • Muy débil cuerpo a cuerpo
  • Moral muy escasa
Descripción

La hemiolia era una galera ligera, una de las embarcaciones preferidas de los piratas del mundo antiguo. Evolucionó a partir del birreme, un barco que contaba con dos cubiertas completas de remos. La hemiolia redujo el número de remos en la cubierta superior y dejó más o menos la mitad de remos y remeros en la sección central del barco. Este menor número de remeros influía poco en la velocidad general porque el peso de carga también disminuía. Gracias a que usaba tanto remos como velas, y dado que su tripulación podía cambiar el modo de propulsión con rapidez, la hemiolia resultó ser la embarcación ideal para perseguir los ricos navíos mercantes, más grandes y pesados. Los abordajes se iniciaban desde las hemiolias, las embestidas no eran una táctica útil, pues los botines acaban más con los peces que enriqueciendo a los piratas. La velocidad y agilidad de las hemiolias las hacía útiles para la exploración, como barcos de suministro y para rematar a los barcos dañados en las batallas.

El origen exacto de los dacios es un misterio aún hoy en día. Las tierras dacias se ubicaban alrededor de los montes Cárpatos, pero al contrario que sus vecinos tracios, los dacios raramente se inmiscuían en conflictos de terceros.

Casi todos los dacios luchaban a pie, por lo que solían recurrir a sus aliados sármatas cuando necesitaban la ayuda de una fuerte caballería. La mayoría de la infantería dacia la conformaban los peltastas, equipados con jabalinas, espadas cortas y escudos ovalados; aunque también usaban arqueros. Pero lo que realmente hacía temibles a los dacios era su falcata. Esta arma, bien usada, podía cercenar miembros con mortífera facilidad. La falcata dacia se cogía con las dos manos y, con su hoja curvada en la parte delantera, podía partir a un hombre por la mitad, desde la cabeza hasta el esternón. Era tan mortífera que los romanos tuvieron que modificar las armaduras de sus legionarios a causa de ella. La protección añadida sobre la frente de los cascos de los legionarios que empezó a usarse no tenía otra función que detener el impacto de una falcata dacia.

La victoria final de Roma en las guerras dacias (101-106 d. C.), conmemorada con la columna de Trajano, supuso el fin de las belicosas tribus dacias.