Trieres, Marinos fenicios

Descripción

De todos los barcos de guerra del mundo antiguo, el trirreme o trieres es el más famoso y reconocible. En casi todas las películas de romanos de Hollywood aparece un trirreme por alguna parte. Este barco estaba expresamente diseñado para la guerra. Su nombre proviene de las tres filas de remos que tenía a los lados, una encima de la otra en columnas escalonadas para que los remeros tuviesen espacio para trabajar. Los remos de la fila superior giraban sobre un escálamo que estaba montado sobre un brazo que salía del casco. Esto permitía que los remos superiores pudiesen remar en un ángulo más inclinado para llegar al mar sin que se enredaran con los remos inferiores. El trirreme era el galgo de los barcos, capaz de acelerar a gran velocidad con una tripulación bien entrenada y, al contrario de la creencia popular, no todos los remeros eran esclavos. Los remeros de los navíos griegos eran ciudadanos y recibían respeto, no latigazos. Eran barcos para navegar con buen tiempo, y no eran aptos para mares violentos como el Atlántico. La fila inferior de remos se encontraba como mucho a menos de medio metro por encima de la línea de flotación. Sin embargo, eso no impedía que el trirreme fuese un arma magnífica contra otros barcos: una embestida a gran velocidad podía abrir un agujero en el lado de casi cualquier objetivo. También era lo bastante grande como para usarlo de otros modos, por lo que acabó llevando arqueros y otras unidades de artillería ligera.

En una pequeña y delgada franja de la costa del Mediterráneo oriental se encuentra Fenicia, una antigua civilización semítica del Creciente Fértil, una zona de rica tierra de cultivo encajonada en medio de climas desérticos áridos. La civilización fenicia brilló con todo su esplendor alrededor del 800 a. C. y, de hecho, fue una de las primeras economías globales que intentó mantener una vasta red comercial rodeada de ávidos imperios militares. En el año 593 a. C., Ciro II el Grande, señor del enormemente expansivo Imperio aqueménida, conquistó Fenicia y la dividió en cuatro reinos vasallos, garantizando con ello una salida portuaria al Mediterráneo para Persia por primera vez. Pero, a la par que se produjo el declive de los aqueménidas, se fue reduciendo la influencia de Fenicia en la región, si bien su colonia, Cartago, mantuvo un floreciente imperio comercial durante unos cuantos cientos de años más.