Descripción
Había unas cuarenta tribus tracias, que compartían un lenguaje y una cultura común y que habitaban una extensa zona al norte de las ciudades estado griegas. Se les consideraba belicosos, rebeldes, sediciosos, malos enemigos y buenos aliados en un combate. Muchos griegos temían el momento en que apareciera un líder que uniera a todos los tracios y decidieran extenderse hacia el sur.
Esto nunca llegó a ocurrir, pero sí que llegaron mercenarios tracios a casi todos los confines de Grecia y Persia, que a menudo se especializaban como escaramuzadores y tropas ligeras. En la batalla de Rafia, en el año 217 a. C., había tracios en ambos bandos, dispuestos a desempeñar su trabajo. Con su cortante filo ligeramente curvo y su largo mango, una romfaia manejada por las manos adecuadas podía amputarle un miembro a un hombre y los tracios eran expertos en ellas.
El "general" tracio más famoso nunca libró una guerra en Tracia ni estuvo al mando de ningún ejército tracio. Nos referimos a Espartaco, el gran líder de la rebelión de esclavos contra Roma, entre los años 73 y 71 a. C.