Terreno consagrado

Coste 800
Coste de reparación 320
Coste de reparación si está en ruinas 640
  • +2 de influencia cultural helénica
  • +2 al orden público
Cadena de construcción (Atenas, Atenas (La Ira de Esparta), Bactria, Cimeria (Colonias del Mar Negro), Corinto (La Ira de Esparta), Cólquida (Colonias del Mar Negro), Epiro, Esparta, Esparta (La Ira de Esparta), Liga Beocia (La Ira de Esparta), Macedonia, Massilia (Colonias del Mar Negro), Pérgamo (Colonias del Mar Negro), Seléucidas, Siracusa, Siracusa (Aníbal a las puertas))
Cadena de construcción (Ponto)
Descripción

Los griegos tenían cientos de dioses y espíritus que regían casi todos y cada uno de los aspectos de la vida. Durante siglos, la gente los veneró y les consagró espacios y edificios en su honor. Las obras que narraban historias de dioses, como la Ilíada de Homero, tuvieron especial importancia en las culturas helénicas y se las trataba como textos sagrados. A lo largo del año tenían lugar numerosos festivales, a fin de que los dioses bendijeran la tierra y al pueblo. Con tantos dioses, hubo que establecer cultos para enfocar las creencias en una deidad u otra en particular.

Como ocurría con otros pueblos, también creían en el más allá, de modo que la vida mortal comportaba consecuencias. Al morir, un griego podía sufrir en el Tártaro, quedarse en Hades o acabar en los nobles y deslumbrantes Campos Elíseos, según hubiera sido su comportamiento en vida. De hecho, si no se observaba estrictamente el ritual funerario, el difunto podía acabar condenado a vagar como un alma en pena.