Puesto de correo

El imperio persa aqueménida dejó una huella duradera en el Mediterráneo oriental con su peculiar sistema de impuestos. Al contrario que la mayoría de imperios, la interferencia persa en sus territorios clientelares se limitaba a la recolección de impuestos a cambio de protección de los estados vecinos. Aunque tal relación suponía una riqueza provincial y reducía la posibilidad de una rebelión, también suponía dificultades a la hora de mantener el control.

Tan pronto como una figura prominente como Alejandro aparecía, nada podía evitar que las provincias transfirieran sus alianzas y sus impuestos. El sistema de impuestos se mantuvo mientras los gobernantes cambiaban y es el responsable tanto de la riqueza de las provincias orientales como del continuo cambio de manos del control territorial.