El ejército romano gozó de gran renombre durante siglos a causa de su conocimiento logístico superior. Su uso de las líneas de suministro estaba muy desarrollado: las tropas llevaban lo que necesitaban con ellas y usaban lo que encontraban a su paso. Sin embargo, fue en la segunda guerra púnica cuando las líneas de suministro pasaron a ser un punto esencial de la estrategia romana. Aunque Aníbal diezmaba toda fuerza romana que encontrara a su paso en combate abierto, se estaba adentrando mucho en territorio enemigo y no contaba sino con una débil línea de suministro que se remontaba a Iberia. Roma, por su parte, fue capaz de crear una red que proporcionaba suministros a sus legiones a la vez que privaba a Aníbal de semejante ventaja.
