La demanda de bienes creció pareja al imparable crecimiento de la población, lo cual hizo necesario explorar las posibilidades de la producción en masa. De este modo se desarrolló el trabajo a destajo: la construcción de componentes que podían producirse rápidamente y en grandes cantidades. Luego, las cuadrillas de trabajadores creaban un artículo a partir de dichos componentes. El filósofo y escritor romano Plinio el Viejo hace referencia a establecimientos dedicados a la producción de diferentes componentes de lámparas. También existen testimonios que indican que, en las zonas urbanas, ya había producción en masa de bienes como vasijas, piezas para la construcción y artículos militares.
