Las victorias y conquistas de Pompeyo durante las últimas campañas de la tercera guerra mitridática supusieron la obtención de cuatro provincias nuevas para Roma: Bicinia y Ponto, Cilicia, Creta y Siria. Al acceder a nuevos tesoros provenientes de oriente, cambió la faz de Roma. Junto a la tradicional piedra blanca, en la República se comenzaron a utilizar exóticos mármoles. Las canteras de oriente ofrecían una gran gama de colores que iban desde blancos y grises, a verdes, rojos, amarillos o azules.
