Con el desarrollo de las tácticas militares se comenzaron a necesitar tropas especializadas. Esto hizo que el faraón y sus generales buscasen reclutas con útiles cualidades en los territorios conquistados. Tras su reconquista, la cultura egipcia imperó en Nubia, en cuya región se impusieron los dioses, la estructura social y los jeroglíficos egipcios. Las habilidades de los locales eran apreciadas y aprovechadas. Los ejércitos del faraón reclutaron a arqueros nubios, quienes al parecer eran enterrados con sus arcos. Egipto también reclutó tropas entre los medjay, un pueblo nómada de la baja Nubia. Estos se convirtieron en guerreros, exploradores y guardias que protegían los palacios reales. Aunque algo distintos, estos pueblos estaban completamente incorporados en el imperio egipcio.
