Hexeres de asalto, Legión sagrada

Coste de reclutamiento 1,260
Coste de mantenimiento 252
Salud de los barcos 1,046
Velocidad de barcos 5
At. cuerpo a cuerpo 42
Daño de armas 29
Def. cuerpo a cuerpo 59
Armadura 105
Salud 65
Puntos fuertes y débiles
  • Gran resistencia del casco
  • Tripulación pesada
  • Poca velocidad
  • Embestida potente
  • Muy buen abordaje
  • Muy buena unidad defensiva
  • Causa pocos daños pero cuenta con una perforación de armaduras normal
  • Ataque normal
  • Goza de una buena moral
Descripción

Con el paso de los siglos, las tácticas navales y las necesidades cambiaron a lo largo del Mediterráneo. La tendencia fue la de tener barcos más grandes, en parte como expresión de poder nacional o dinástico. Los gobernantes ptolemaicos de Egipto tenían especial predilección por los barcos grandes que usaban como prueba fehaciente para mostrar su riqueza e influencia. Estos polirremes —término que significa "muchos remos"— no eran aptos para realizar embestidas durante el combate. En la práctica muchos de ellos no tenían más remos que los barcos más pequeños, lo que sí tenían eran más remeros por remo que estos. El hexarreme romano o el hexere griego tenían dos filas de remos con tres remeros por remo. Esto era una versión de dimensiones extremadamente grandes de un barco más pequeño. Aun así, debido a su construcción extremadamente pesada y fuerte, se movían muy lentamente y les era imposible girar rápidamente, lo que era necesario para aprovechar los errores enemigos. A cambio, estos grandes barcos le sacaban partido a sus anchas cubiertas y a su gran capacidad de transporte y se convirtieron en plataformas de combate para la infantería y la artillería. El abordaje o el bombardeo a larga distancia eran los métodos ideales para derrotar al enemigo. La guerra naval había vuelto a su punto de origen en lo referente a métodos de combate, aunque ahora los barcos eran de un tamaño mucho mayor.

La Legión Sagrada estaba formada por una falange de lanceros veteranos, criados en Cartago y entrenados y armados según la tradición de los hoplitas griegos. Lo que les daba su singularidad era el hecho de que se les reclutara entre la población de la ciudad, más que entre los aliados, soldados de leva o mercenarios, que normalmente componían el grueso de los ejércitos cartagineses. Se les elegía de entre la nobleza y los ciudadanos ricos; estaban entrenados y eran disciplinados. Gracias a su posición social, podían permitirse una armadura completa: coraza de bronce, grebas, casco y un hoplón. En el caso de la Legión Sagrada, estos solían ser casi siempre de color blanco. Los miembros de la Legión Sagrada iban armados con lanzas hoplitas —con la punta de hierro y una pica de bronce en la base para dar equilibrio—, aunque también llevaban espadas rectas. Estos destacaban por su valor, incluso, cuando eran derrotados y de ellos se esperaba que lucharan hasta la muerte, como ocurrió en la batalla del Crimiso, en el 340 a. C. Esta derrota supuso un duro varapalo del que no acabaron de recuperarse. Con el tiempo, y a causa de la presión de las guerras de Cartago con Roma, la Legión Sagrada fue reemplazada por ejércitos de mercenarios, que eran mantenidos con las riquezas obtenidas del comercio. Estos ejércitos aún contaban entre sus filas con una minoría de ciudadanos cartagineses y libiofenicios, pero la antigua Legión Sagrada había dejado de existir.

Requiere
: Edificios
Disponible para las siguientes facciones: