Tetreres persa de asalto, Libertos de leva
Coste de reclutamiento | 600 | |
Coste de mantenimiento | 120 | |
Salud de los barcos | 760 | |
Velocidad de barcos | 3 | |
At. cuerpo a cuerpo | 12 | |
Daño de armas | 22 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 55 | |
Armadura | 45 | |
Salud | 50 |
Habilidades
Puntos fuertes y débiles
- Resistencia del casco normal
- Tripulación normal
- Velocidad normal
- Embestida normal
- Abordaje normal
- Unidad defensiva normal
- Causa pocos daños pero cuenta con una perforación de armaduras normal
- Débil en ataque
- Escasa moral
Descripción
Existe un gran debate sobre cómo funcionaban estos enormes navíos antiguos, los principios se entienden, pero los detalles no están siempre claros. Si se traduce el nombre literalmente, el cuatrirreme romano o el tetreres griego tenía cuatro hileras de remos. Sin embargo, no está claro cómo cuatro remos con un remero cada uno se podían usar sin que se enredaran, incluso con una tripulación muy entrenada, o cómo los remeros de arriba podían manejar los remos extremadamente largos con un ángulo inclinado y ayudar en la propulsión. Lo más probable es que "remo" se usase como sinónimo de "remero" y la hilera más baja tuviera más de un hombre por remo. La otra opción era la de volver a la doble fila de remos, con dos hombres cada una. Construir barcos con dos hileras de remos también habría sido más barato. Fuese como fuese, el resultado era un barco que podía competir en velocidad con el trirreme más ligero, pero con más espacio para la cubierta por lo que podía tener un contingente de combate más grande o más artillería.
El sistema clientelar celta suponía que un "hombre libre" podía ascender dentro de la jerarquía tribal. Debía servir a las clases nobles, pero también se podía ganar su propio prestigio. Un hombre libre acababa inevitablemente convertido en el seguidor de un aristócrata, trabajando la tierra y manteniendo el ganado. También tenía el derecho a llevar armas y a luchar junto a los nobles en tiempos de guerra. En la lucha, un celta podía probar su valía y obtener una cierta reputación. Un sistema este que alimentaba la ambición y las ansias por luchar entre las clases más bajas. No significaba de ningún modo que sus ejércitos carecieran de disciplina o que en ellos reinara el caos: su caballería a menudo adoptaba un sistema de combate conocido como la trimarcisia, por el que cada jinete entraba en combate acompañado por un par de sirvientes libres, preparados para proporcionarle caballos e, incluso, para sustituir a los guerreros que murieran.