Nave de saqueo pesada, Espadachines gálatas
Coste de reclutamiento | 770 | |
Coste de mantenimiento | 154 | |
Salud de los barcos | 1,290 | |
Velocidad de barcos | 3 | |
At. cuerpo a cuerpo | 32 | |
Daño de armas | 40 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 52 | |
Armadura | 45 | |
Salud | 50 |
Habilidades
Puntos fuertes y débiles
- Muy buena resistencia del casco
- Tripulación normal
- Velocidad normal
- Embestida normal
- Muy buen combate con proyectiles
- Buena capacidad de ataque
- Capacidad de defensa normal
- Inflige daños medios pero posee una escasa perforación de armaduras
- Moral normal
Descripción
La mayoría de las tribus del norte de Europa no eran potencias navales, pero sí que contaban con hábiles marineros. También dominaban las técnicas de construcción de barcos y, aunque la mayoría de las embarcaciones eran barcos pequeños recubiertos de cuero para navegar en el interior y en la costa, se construyeron barcos más grandes para navegar en aguas profundas. Los carpinteros de ribera usaban tablas gruesas para los cascos; estas se unían entre sí para luego recubrir un esqueleto de madera, creando así una robusta embarcación que pudiese aguantar las condiciones del Atlántico. Julio César quedó sorprendido con la calidad de los barcos enemigos cuando su flota se encontró con los vénetos de los moderna Britania de la época. Los barcos de los vénetos tenían el fondo plano para poder navegar en aguas poco profundas, pero a la vez estaban construidos con roble pesado para soportar los mares más agitados. Esto los convertía en un fuerte enemigo para las galeras romanas y les permitía esquivar las embestidas. César decía que los barcos enemigos estaban construidos de "tablones de un pie romano de ancho, estaban sujetos con pinchos de hierro tan anchos como el pulgar de un hombre y las anclas usaban cadenas de hierro en vez de cables". Cuando los romanos se veían obligados a abordar se encontraban con temibles guerreros, acostumbrados a luchar cuerpo a cuerpo en mar abierto.
Los fieros y orgullosos gálatas llegaron a dominar Anatolia Central y el este de Frigia. Se habían separado de los celtas emigrantes tras las invasiones de Macedonia y Grecia por parte de Breno en el 279 a. C. Tres tribus, los tectosages, los tolistobogii y los trocmi, se desplazaron por Tracia y cruzaron el Bósforo hasta llegar a Anatolia. Llegaron como aliados de Nicomodes de Bitinia, garantizando la victoria para él en una pugna dinástica contra su hermano. Tras una breve guerra inconclusa entre Nicomedes y el rey seléucida Antíoco, establecieron la zona que sería conocida como Galacia. El territorio se dividió entre las tres tribus; cada una mantuvo su propia capital, pero permanecieron unidas bajo el mismo consejo en Drynemeton, un bosque sagrado de robles, situado al sudoeste de Ancira, la capital de los tectosages. Los gálatas, gobernados por una aristocracia militar, permitieron a los habitantes de Capadocia un control relativo sobre sus propias ciudades y tierras a cambio de diezmos. Los mercenarios gálatas, terribles guerreros que luchaban al estilo celta, eran muy valorados y respetados por comandantes griegos, romanos y seléucidas. De hecho, la guardia personal de Ptolomeo de Egipto consistía en mercenarios celtas, y es muy posible que estos hombres proviniesen de Galacia.