Trihemiolia de persecución, Honderos orientales

Coste de reclutamiento 540
Coste de mantenimiento 108
Daño de proyectiles 23
Alcance 150
Disparos por minuto 7
Salud de los barcos 650
Velocidad de barcos 6
At. cuerpo a cuerpo 8
Daño de armas 24
Def. cuerpo a cuerpo 37
Armadura 15
Salud 45
Puntos fuertes y débiles
  • Resistencia del casco débil
  • Tripulación normal
  • Inalcanzable
  • Embestida débil
  • Abordaje pobre
  • Combate con proyectiles normal
  • Muy largo alcance
  • Velocidad de disparo normal
  • Inflige mucho daño, pero escasa perforación de armaduras
  • Muy débil cuerpo a cuerpo
  • Moral muy escasa
Descripción

Se piensa que los rodios, una importante potencia naval en el Mediterráneo oriental, desarrollaron la trihemiolia —también conocido como el "dos y medio"— como barco para sus empresas piratas. Dado que Rodas es una isla que depende totalmente del mar y los barcos, esta teoría es creíble. Los piratas usaron la hemiolia, un pequeño barco muy útil que fue desarrollado a partir del birreme, que era un barco con dos filas de remos. Tiene sentido pensar que los cazadores piratas cogerían el trirreme, con tres filas de remos, y lo modificarían de modo parecido. La trihemiolia tenía tres filas de remos a cada lado, pero los remos de la fila superior se redujeron a la mitad, y se colocaban en el medio del barco. El resultado era un barco más rápido y más práctico y, sobre todo, más alto, lo cual suponía una gran ventaja para los arqueros que iban a bordo. También ofrecía un beneficio estratégico a los rodios, que solo podían contar con los hombres de una isla. Podían utilizar seis trirremes con un grupo completo de remeros o siete trihemiolias para el mismo número de hombres. Este útil diseño fue adoptado rápidamente por otras potencias marítimas por todo el Mediterráneo.

Los honderos eran muy comunes en los ejércitos antiguos. La honda, de hecho, era un arma muy antigua que ya se usaba en el Paleolítico. Al contrario que los arcos, las hondas eran de fácil confección y tenían un gran alcance.

Se construían con lino, cáñamo o junco trenzado y tenían un apoyo sobre el que se colocaba la piedra. En un extremo tenían una presilla por donde se metía el dedo y, por el otro, un nudo o cinta para proporcionar agarre. El hondero insertaba el dedo corazón en la presilla y sujetaba el extremo anudado con el índice y el pulgar. A continuación, hacía girar la honda y soltaba el proyectil con un golpe de muñeca. La honda era un arma particularmente odiada por aquellos que sufrían sus proyectiles, y es que era un arma que se disparaba y recargaba con extrema facilidad.

La munición empleada podía consistir en piedras de ríos, trozos de arcilla o plomo, el cual podía llegar a una distancia de cuatrocientos metros. Los proyectiles a veces llevaban inscripciones con comentarios sarcásticos como "¡cógelo!" o "¡ahí va!". Era muy difícil detectar los proyectiles en el aire y, aunque carecían del poder penetrante de las flechas, podían romper huesos y armaduras a corta distancia. Es por todos sabido que el cónsul romano Paulo fue asesinado por el disparo de una honda en la desastrosa batalla de Cannas.

Requiere
: Edificios
Disponible para las siguientes facciones: