Onagro pesado germánico
Coste de reclutamiento | 790 | |
Coste de mantenimiento | 160 | |
Daño de proyectiles | 230 | |
Alcance | 480 | |
Disparos por minuto | 2 | |
Munición | 15 | |
At. cuerpo a cuerpo | 9 | |
Daño de armas | 24 | |
Bonificación de carga | 6 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 14 | |
Armadura | 10 | |
Salud | 45 | |
Moral base | 35 |
Habilidades
- Sin carreras
- Resistente al frío
- Disparo venenoso
- Proyectil incendiario
Puntos fuertes y débiles
- Largo alcance
- Inflige mucho daño con sus distintas rondas
- Difícil de destruir
- Le falta precisión
- Baja velocidad de disparo
Descripción
El onagro es una de las formas más simples de catapulta de un brazo. Este se valía de cuerdas retorcidas realizadas con tendones de animales para lanzar piedras o proyectiles. Era poco preciso pero muy poderoso, lo que lo convertía en un arma de asedio letal cuando se empleaba contra edificios o fortificaciones, aunque resultaba bastante menos útil en el campo de batalla, a no ser que se utilizase contra grandes formaciones de infantería.
Mencionado por primera vez por Filón de Bizancio en su Tratado de Mecánica, el onagro contaba con una horquilla en forma de honda montada sobre un brazo. El brazo era insertado y retorcido para disparar mediante un mecanismo de torsión. Al soltar el brazo, la cuchara quedaba desenganchada, disparando así el proyectil. También constaba de un palo de madera acolchado que sujetaba el brazo. Los onagros más grandes requerían de ocho o diez hombres para su manejo y su potente retroceso hacía muy difícil situarlas sobre murallas o torres. Su rápida construcción en zonas donde la madera era abundante los convirtió en un arma de asedio imprescindible en la antigüedad.