Penteres griego de proyectiles, Cazadores con arco largo

Coste de reclutamiento 750
Coste de mantenimiento 150
Daño de proyectiles 40
Alcance 125
Disparos por minuto 5
Salud de los barcos 880
Velocidad de barcos 3
At. cuerpo a cuerpo 8
Daño de armas 24
Def. cuerpo a cuerpo 12
Armadura 10
Salud 45
Puntos fuertes y débiles
  • Resistencia del casco normal
  • Tripulación normal
  • Velocidad normal
  • Embestida normal
  • Abordaje pobre
  • Buen combate con proyectiles
  • Largo alcance
  • Velocidad de disparo normal
  • Inflige mucho daño, pero escasa perforación de armaduras
  • Muy débil cuerpo a cuerpo
  • Moral muy escasa
Descripción

El quinquerreme, en latín, o pentere, en griego fue usado por primera vez por los siracusanos contra los cartagineses alrededor del 398 a. C. Al igual que otros polirremes, lo más probable es que no tuviesen cinco filas de remos, sino que más bien se referían al número de remeros. En este caso, los remeros estarían colocados en filas de 2-2-1 subiendo desde la línea de flotación. Es de lógica mantener todo el peso posible en la parte baja del barco para ayudar a su estabilidad. Un centro de gravedad alto hace más probable que un barco vuelque si es golpeado desde un lado. Esa altura hizo del quinquerreme un formidable navío, tanto por su apariencia como por su eficacia en combate. Con un gran contingente a bordo y unas extensas cubiertas, este barco pesado podía hacer frente a la mayoría de enemigos y amenazas.

El guerrero germánico quedaba expuesto en los campos de batalla abiertos y planos, pero cuando luchaban en las colinas y los bosques contaban con una gran ventaja. La mayoría de ellos se crió yendo de caza en bosques densos, lo que los convertía en maestros del sigilo y las emboscadas. Aunque sus tácticas de combate eran efectivas, sus arcos, que solían medir hasta dos metros y estaban hechos de tejo, no contaban con la potencia y precisión de los arcos compuestos que se hacían en el este. Su munición también dejaba mucho que desear, pues el poco hierro disponible les obligaba a utilizar flechas con punta de hueso que apenas penetraba la armadura del enemigo. En el campo de batalla, los arqueros se situaban detrás de los honderos y recibían protección de los escudos de los guerreros situados delante de ellos.

Disponible para las siguientes facciones: