Hexeres de asalto, Marineros ilirios
Coste de reclutamiento | 1,070 | |
Coste de mantenimiento | 214 | |
Salud de los barcos | 1,046 | |
Velocidad de barcos | 5 | |
At. cuerpo a cuerpo | 36 | |
Daño de armas | 25 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 55 | |
Armadura | 65 | |
Salud | 50 |
Habilidades
Puntos fuertes y débiles
- Gran resistencia del casco
- Tripulación pesada
- Poca velocidad
- Embestida potente
- Muy buen abordaje
- Buena unidad defensiva
- Causa pocos daños pero cuenta con una perforación de armaduras normal
- Ataque normal
- Moral normal
Descripción
Con el paso de los siglos, las tácticas navales y las necesidades cambiaron a lo largo del Mediterráneo. La tendencia fue la de tener barcos más grandes, en parte como expresión de poder nacional o dinástico. Los gobernantes ptolemaicos de Egipto tenían especial predilección por los barcos grandes que usaban como prueba fehaciente para mostrar su riqueza e influencia. Estos polirremes —término que significa "muchos remos"— no eran aptos para realizar embestidas durante el combate. En la práctica muchos de ellos no tenían más remos que los barcos más pequeños, lo que sí tenían eran más remeros por remo que estos. El hexarreme romano o el hexere griego tenían dos filas de remos con tres remeros por remo. Esto era una versión de dimensiones extremadamente grandes de un barco más pequeño. Aun así, debido a su construcción extremadamente pesada y fuerte, se movían muy lentamente y les era imposible girar rápidamente, lo que era necesario para aprovechar los errores enemigos. A cambio, estos grandes barcos le sacaban partido a sus anchas cubiertas y a su gran capacidad de transporte y se convirtieron en plataformas de combate para la infantería y la artillería. El abordaje o el bombardeo a larga distancia eran los métodos ideales para derrotar al enemigo. La guerra naval había vuelto a su punto de origen en lo referente a métodos de combate, aunque ahora los barcos eran de un tamaño mucho mayor.
La aristocracia iliria fomentaba el saqueo como forma de obtener beneficios, lo que acabó derivando en piratería generalizada en el Adriático durante varios siglos. Con el paso del tiempo, los ilirios se convirtieron en formidables piratas que llenaron de miedo el corazón de muchos capitanes de navíos comerciales. Los ataques de los piratas ilirios contra naves mercantes al final forzaron a los romanos a intervenir en la región y, por último, a la total absorción de Iliria en su cada vez mayor imperio.
Como muchos otros pueblos "bárbaros", los ilirios eran temibles guerreros que con frecuencia hacían gala de una valentía suicida. Su temperamento, belicoso por naturaleza, y su dilatada experiencia en el mar hicieron de ellos excelentes piratas y saqueadores. Los marinos eran tropas de élite soberbiamente capacitadas para el combate en el mar, donde la habilidad para mantener el equilibrio y seguir de pie mientras se luchaba cuerpo a cuerpo era esencial.