Elefantes mercenarios sirios acorazados (Solo para Bestias de guerra)
Coste de reclutamiento | 1,000 | |
Coste de mantenimiento | 750 | |
At. cuerpo a cuerpo | 64 | |
Daño de armas | 60 | |
Bonificación de carga | 44 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 24 | |
Armadura | 30 | |
Salud | 1,205 | |
Moral base | 60 |
Habilidades
Puntos fuertes y débiles
- Muy buena carga
- Inflige mucho daño
- Muchísimos puntos de salud
- Goza de una buena moral
Descripción
Los elefantes de guerra por sí solos no eran el arma definitiva para salir airoso en una batalla. Había que utilizarlos adecuadamente; brindarles refuerzos para penetrar las líneas enemigas y, con ello, la voluntad de seguir luchando. A menudo, los elefantes iban acompañados a la batalla por escaramuzadores aliados cuya función era evitar que las tropas ligeras enemigas los hostigaran antes de cargar. Antes incluso de lanzar al enemigo por los aires, empalarlo con sus colmillos o aplastarlo con sus patas, el enorme tamaño de los elefantes ya daba pavor. Sin embargo, podían ser animales impredecibles aun en las mejores situaciones: lo mismo reaccionaban con ira si herían o mataban a sus cuidadores, que se revolvían contra estos si llegaban a cotas de ansiedad demasiado altas durante la batalla. Pero, si se les enviaba en el momento adecuado, los elefantes de guerra arrasaban con todo lo que encontraran a su paso.
Sus parientes indios llegaron por primera vez a Oriente Medio cuando Seleuco, uno de los sucesores de Alejandro Magno, invadió la India, en el 305 a. C. Como parte de un tratado de paz entre los hindúes maurias y la dinastía seléucida, se entregaron a estos quinientos elefantes de guerra, a partir de los cuales se criaron muchos más. Los elefantes de guerra fueron una parte importante de las fuerzas seléucidas hasta su derrota frente a los romanos en Magnesia, en el año 190 a. C., tras la cual se les prohibió que criaran más.
Requiere |
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Regiones Dura Dura Palmira Tarso Antioquía Tiro Palmira Tápsaco Antioquía Samosata |