Tetreres de asalto, Jóvenes con hacha
Coste de reclutamiento | 500 | |
Coste de mantenimiento | 100 | |
Salud de los barcos | 825 | |
Velocidad de barcos | 5 | |
At. cuerpo a cuerpo | 28 | |
Daño de armas | 26 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 51 | |
Armadura | 15 | |
Salud | 45 |
Habilidades
Puntos fuertes y débiles
- Resistencia del casco normal
- Tripulación normal
- Velocidad normal
- Embestida normal
- Abordaje normal
- Ataque normal
- Escasa defensa
- Inflige daños leves pero cuenta con una buena perforación de armaduras
- Escasa moral
Descripción
Existe un gran debate sobre cómo funcionaban estos enormes navíos antiguos, los principios se entienden, pero los detalles no están siempre claros. Si se traduce el nombre literalmente, el cuatrirreme romano o el tetreres griego tenía cuatro hileras de remos. Sin embargo, no está claro cómo cuatro remos con un remero cada uno se podían usar sin que se enredaran, incluso con una tripulación muy entrenada, o cómo los remeros de arriba podían manejar los remos extremadamente largos con un ángulo inclinado y ayudar en la propulsión. Lo más probable es que "remo" se usase como sinónimo de "remero" y la hilera más baja tuviera más de un hombre por remo. La otra opción era la de volver a la doble fila de remos, con dos hombres cada una. Construir barcos con dos hileras de remos también habría sido más barato. Fuese como fuese, el resultado era un barco que podía competir en velocidad con el trirreme más ligero, pero con más espacio para la cubierta por lo que podía tener un contingente de combate más grande o más artillería.
Lejos de ser bárbaros ignorantes, los diversos pueblos de las tribus de las estepas tenían una cultura muy rica. Habitaban en la franja que se extiende desde el Mar Caspio hasta la costa norte del Mar Negro. Los griegos los llamaban "escitas", los persas "sakas" y el grupo más occidental fue más conocido como los "sármatas".
Para los griegos no eran sino unos bárbaros con pantalones, sin ni siquiera sopesar su bronceado aspecto o los gorros puntiagudos que llevaban. Dejando a un lado cuestiones estéticas, los escitas eran excepcionales jinetes, expertos con el arco compuesto recurvo y peligrosísimos guerreros en combate cuerpo a cuerpo. Según los restos encontrados en enterramientos, las féminas escitas eran tan belicosas como los hombres y, seguramente, luchaban con ellos en la batalla. Este podría ser el germen del mito griego de las amazonas, o mujeres guerreras.