Árbol sagrado

Los árboles eran increíblemente importantes para las tribus de Europa: servían como material para los edificios, como combustible y como lugares de veneración.

El uso que le daban los celtas a los bosques estaba bien documentado, aunque los escritores romanos como Plinio y Lucano dotaban de cierto sensacionalismo a este hecho. Eran descritos como lugares místicos donde los animales no se atrevían a entrar, lugares de un incontenible silencio y donde cada árbol estaba manchado con sangre de los sacrificios.

El irminsul de las tribus germánicas era menos conocido, aunque se piensa que eran troncos de árboles eregidos en honor a sus dioses. Los historiadores lo relacionan con las "Columnas de Hércules" de las que Tácito hablaba en su obra "Germania". Por desgracia estos pilares nunca fueron descubiertos por los romanos y nunca más se han descrito o explicado.