Santuario de Kotys

Kotys era la diosa tracia de la masacre y la guerra. Al contrario de lo que ocurría con otros dioses de la guerra, en honor a Kotys se llevaban a cabo desenfrenados festivales conocidos como Cotiteas, donde se celebraban noches de enormes orgías donde primaba el hedonismo. Originalmente se celebraban en secreto a causa de su manifiesta obscenidad. Estrabón habla de estos festivales y de su música: percusionistas tocando con pesada cadencia e instrumentos que proferían chirridos estridentes, todo lo cual creaba un sonido aterrador. Al principio, semejantes celebraciones tenían como motivo conmemorar la violación de Perséfone, un suceso de la mitología griega en el que la diosa de la vegetación era raptada por Hades y llevada al inframundo.

Hay indicios de que la helenización de Kotys supuso que su culto se extendiera por occidente hasta Magna Grecia y Sicilia. A los seguidores de Kotys se les conocía como "baptos", del griego antiguo ‘baptô’, "bañar", pues se bañaban concienzudamente en un ritual de purificación antes de dar comienzo las Cotiteas.