En Gran Bretaña se han encontrado ejemplares de monedas celtas que datan del siglo II a. C. Los celtas tendían a acuñar sus monedas vertiendo oro, plata o bronce en moldes de arcilla ardiendo. Cada moneda se prensaba entre dos sellos, adquiriendo así su característico patrón. Al igual que otros gobernantes, los líderes celtas hacían que las monedas acuñadas llevasen sus nombres y rostros impresos. Algunos ejemplos de monedas de este tipo muestran que fueron acuñadas por Cunobelino, líder de los britanos, y el poderoso galo Vercingetórix.
