En la sociedad nómada, absolutamente todo debía moverse según las estaciones a causa de sus rebaños, la fuente de casi todos sus productos esenciales: carne y leche como alimento y lana para abrigarse. Los carneros criados por los nómadas eran muy resistentes, pues el pasto en las estepas dependía de las estaciones y a menudo escaseaba. Solo unos pocos animales domesticados eran capaces de sobrevivir sin problemas en tan duro entorno y, desde luego, el ganado vacuno no se contaba entre ellos. Pero no nos dejemos engañar por la fácil imagen de gentiles pastorcillos viajando con su rebaño plácidamente por las estepas buscando pastos. La oveja era, sin duda, el factor básico en la economía escita, pero la suya era una sociedad guerrera que depredaba a los de su propia especie y a los agricultores sedentarios que moraban más allá de las estepas.
