Jóvenes celtas
Coste de reclutamiento | 320 | |
Coste de mantenimiento | 80 | |
Daño de proyectiles | 32 | |
Alcance | 80 | |
Disparos por minuto | 7 | |
Munición | 7 | |
At. cuerpo a cuerpo | 20 | |
Daño de armas | 24 | |
Bonificación de carga | 15 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 32 | |
Armadura | 40 | |
Salud | 45 | |
Moral base | 20 |
Habilidades
- Resistente a la fatiga
- Esconderse en el bosque y en los matorrales
- Disparo incendiario
Puntos fuertes y débiles
- Corto alcance
- Gran velocidad de disparo
- Inflige muchísimo daño y cuenta con una muy buena perforación de armaduras
- Muy débil cuerpo a cuerpo
- Moral muy escasa
Descripción
Un miembro de una tribu celta era considerado adulto a los 14 años y, dependiendo de su estatus, ya podía tomar las armas y luchar. Los de noble linaje, además, podían reclutar a sus propios seguidores y labrarse así una reputación y acrecentar su influencia sobre sus vasallos; pero probar la valía personal en combate era lo primero de todo. Ningún hombre libre con sentido común seguiría a un potencial adalid si este no tenía suficiente coraje. En consecuencia, el hecho de que un hombre tuviera o no futuro —en caso de que sobreviviera— dependía enteramente de su actuación en la batalla. Por eso era común ver actos de valentía. Al igual que sus mayores, el joven celta también provocaba a sus oponentes con mofas e insultos y usaba el carnyx, un cuerno usado en la batalla para meter miedo a sus oponentes. Aunque, como suele ocurrir cuando se es joven, a veces actuaba sin pensar y de forma precipitada, cuando lo que más hacía falta era cautela.