Nave de saqueo mediana de asalto, Lanceros pesados

Coste de reclutamiento 580
Coste de mantenimiento 116
Salud de los barcos 1,067
Velocidad de barcos 3
At. cuerpo a cuerpo 23
Daño de armas 22
Def. cuerpo a cuerpo 58
Armadura 65
Salud 55
Puntos fuertes y débiles
  • Buena resistencia del casco
  • Tripulación normal
  • Gran velocidad
  • Embestida débil
  • Buen abordaje
  • Buena unidad defensiva
  • Causa pocos daños pero cuenta con una perforación de armaduras normal
  • Ataque normal
  • Moral normal
Descripción

La mayoría de las tribus del norte de Europa no eran potencias navales, pero sí que contaban con hábiles marineros. También dominaban las técnicas de construcción de barcos y, aunque la mayoría de las embarcaciones eran barcos pequeños recubiertos de cuero para navegar en el interior y en la costa, se construyeron barcos más grandes para navegar en aguas profundas. Los carpinteros de ribera usaban tablas gruesas para los cascos; estas se unían entre sí para luego recubrir un esqueleto de madera, creando así una robusta embarcación que pudiese aguantar las condiciones del Atlántico. Julio César quedó sorprendido con la calidad de los barcos enemigos cuando su flota se encontró con los vénetos de los moderna Britania de la época. Los barcos de los vénetos tenían el fondo plano para poder navegar en aguas poco profundas, pero a la vez estaban construidos con roble pesado para soportar los mares más agitados. Esto los convertía en un fuerte enemigo para las galeras romanas y les permitía esquivar las embestidas. César decía que los barcos enemigos estaban construidos de "tablones de un pie romano de ancho, estaban sujetos con pinchos de hierro tan anchos como el pulgar de un hombre y las anclas usaban cadenas de hierro en vez de cables". Cuando los romanos se veían obligados a abordar se encontraban con temibles guerreros, acostumbrados a luchar cuerpo a cuerpo en mar abierto.

El origen exacto de los dacios es un misterio aún hoy en día. Las tierras dacias se ubicaban alrededor de los montes Cárpatos, pero al contrario que sus vecinos tracios, los dacios raramente se inmiscuían en conflictos de terceros.

Casi todos los dacios luchaban a pie, por lo que solían recurrir a sus aliados sármatas cuando necesitaban la ayuda de una fuerte caballería. La mayoría de la infantería dacia la conformaban los peltastas, equipados con jabalinas, espadas cortas y escudos ovalados; aunque también usaban arqueros. Pero lo que realmente hacía temibles a los dacios era su falcata. Esta arma, bien usada, podía cercenar miembros con mortífera facilidad. La falcata dacia se cogía con las dos manos y, con su hoja curvada en la parte delantera, podía partir a un hombre por la mitad, desde la cabeza hasta el esternón. Era tan mortífera que los romanos tuvieron que modificar las armaduras de sus legionarios a causa de ella. La protección añadida sobre la frente de los cascos de los legionarios que empezó a usarse no tenía otra función que detener el impacto de una falcata dacia.

La victoria final de Roma en las guerras dacias (101-106 d. C.), conmemorada con la columna de Trajano, supuso el fin de las belicosas tribus dacias.

Requiere
: Edificios
Disponible para las siguientes facciones: