Descripción
La escasez de caballos fuertes y rápidos en la Europa del norte, restringió la capacidad de los germánicos para organizar fuerzas de caballería. Los caballos eran caros de mantener y, dado el tamaño y la fuerza del germánico medio, estos se adecuaban más a la infantería. Por otra parte, algunas tribus fueron conocidas por su experiencia como jinetes; los usípetes y, sobre todo, los téncteros, que habitaban al este del río Rin, contaban entre sus hombres con grandes caballeros. Los téncteros contaban con una gran tradición: hacían que sus hijos creciesen jugando con los caballos, que eran algo muy apreciado y respetado. El caballo siempre era heredado por el varón de la familia que parecía tener más cualidades para la lucha, lo que ayudaba a crear una gran presencia de la caballería en la tribu. La caballería ligera germánica atacaba con frecuencia realizando un movimiento circular y lanzando jabalinas antes de utilizar sus lanzas a corta distancia y girar a la derecha. Al atacar en círculo, ningún hombre iba en cabeza ni a la retaguardia y, al rotar el ataque, cada hombre entraba en contacto con el enemigo.
