Dieres de asalto, Peltastas ligeros

Coste de reclutamiento 480
Coste de mantenimiento 96
Salud de los barcos 501
Velocidad de barcos 6
At. cuerpo a cuerpo 18
Daño de armas 24
Def. cuerpo a cuerpo 40
Armadura 40
Salud 50
Puntos fuertes y débiles
  • Resistencia del casco muy débil
  • Tripulación muy ligera
  • Mucha velocidad
  • Embestida débil
  • Buen abordaje
  • Corto alcance
  • Gran velocidad de disparo
  • Inflige muchísimo daño y cuenta con una muy buena perforación de armaduras
  • Posee un gran escudo
  • Muy débil cuerpo a cuerpo
  • Escasa moral
Descripción

El espolón de la línea de flotación fue acoplado a un barco por primera vez alrededor del 850 a. C. Esto transformó los barcos de guerra y las tácticas navales. Aquellos dejaron de ser las plataformas de los combates de infantería sobre el agua para pasar a ser armas en sí mismos. Las galeras cambiaron, adaptándose a la nueva realidad. Una embestida con velocidad era capaz de perforar y hundir un navío enemigo, para lo cual se necesitaban barcos ágiles, estrechos y veloces. Para obtener más velocidad se necesitaban obviamente más remos. Un barco rápido con una sola fila de remos era demasiado largo y poco práctico. La solución era colocar un grupo adicional de remeros sobre los primeros, pero ligeramente escalonados para permitir más bancos para los remeros. Los birremes, o el equivalente griego dieres, no eran más largos que los diseños previos, pero sí contaban con el doble de remos. Eran rápidos, maniobrables, y podían transportar un contingente de combate. Algunas naciones daban a la tripulación de los birremes vasijas de fuego. Estas vasijas de arcilla se llenaban de aceite y alquitrán y las lanzaban a los barcos enemigos con la esperanza de incendiarlos.

Los peltastas eran escaramuzadores que recibían su nombre por los escudos, o peltai, de cuero o mimbre y con forma de luna creciente, que portaban. En el mundo griego, era costumbre habitual bautizar a las tropas en función del tipo de escudo que portaban. Apenas llevaban armadura e iban armados con tres jabalinas. Tras hostigar al enemigo, lanzándole jabalinas, se retiraban raudamente antes de que este pudiera llevar a cabo cualquier posible contracarga o movimiento de flanqueo. A medida que los ejércitos fueron elaborando tácticas más complejas, los peltastas se vieron obligados a tomar parte en los combates cuerpo a cuerpo y tuvieron que ser armados con corazas de lienzo rígido y espadas cortas. En ningún momento dejaron de usar sus jabalinas, pero estaban equipados para luchar en las distancias cortas. Al final, los peltastas cambiaron su característico escudo por el tureo, más pesado, aunque su nombre y su función en el campo de batalla siguieron siendo los mismos.

Disponible para las siguientes facciones: