Tetreres de asalto, Lanceros con tureo
Coste de reclutamiento | 740 | |
Coste de mantenimiento | 148 | |
Salud de los barcos | 825 | |
Velocidad de barcos | 5 | |
At. cuerpo a cuerpo | 24 | |
Daño de armas | 25 | |
Def. cuerpo a cuerpo | 55 | |
Armadura | 70 | |
Salud | 50 |
Habilidades
Puntos fuertes y débiles
- Resistencia del casco normal
- Tripulación normal
- Velocidad normal
- Embestida normal
- Abordaje normal
- Buena unidad defensiva
- Causa pocos daños pero cuenta con una perforación de armaduras normal
- Ataque normal
- Moral normal
Descripción
Existe un gran debate sobre cómo funcionaban estos enormes navíos antiguos, los principios se entienden, pero los detalles no están siempre claros. Si se traduce el nombre literalmente, el cuatrirreme romano o el tetreres griego tenía cuatro hileras de remos. Sin embargo, no está claro cómo cuatro remos con un remero cada uno se podían usar sin que se enredaran, incluso con una tripulación muy entrenada, o cómo los remeros de arriba podían manejar los remos extremadamente largos con un ángulo inclinado y ayudar en la propulsión. Lo más probable es que "remo" se usase como sinónimo de "remero" y la hilera más baja tuviera más de un hombre por remo. La otra opción era la de volver a la doble fila de remos, con dos hombres cada una. Construir barcos con dos hileras de remos también habría sido más barato. Fuese como fuese, el resultado era un barco que podía competir en velocidad con el trirreme más ligero, pero con más espacio para la cubierta por lo que podía tener un contingente de combate más grande o más artillería.
Los tureóforos, la infantería ligera griega, fueron creados a principios del siglo IV a. C. y cubrían el hueco existente entre las falanges y los peltastas escaramuzadores. Denominados así por los tureos, sus grandes escudos ovalados, iban mucho mejor acorazados que los tradicionales peltastas tracios y griegos. Eran capaces tanto de formar en falange como de crear escaramuzas y su labor consistía principalmente en proteger a las demás tropas ligeras. Sus escudos, generalmente de madera y recubiertos de piel, contaban con una agarradera central, que estaba protegida por un nervio vertical, y una especie de tira de metal; además, se cree que podían deber su inspiración a los escudos celtas o romanos de la época. Al igual que la sarissa, de mayor longitud, las lanzas que usaban los tureóforos tenían una especie de pica pesada en el extremo opuesto, para proporcionar estabilidad al arma, que les permitía dejar la lanza clavada en la tierra y lanzar jabalinas, en caso de ir equipados con ellas. La versatilidad de los tureóforos hacía que su presencia fuera común tanto entre tropas ciudadanas como de mercenarios de las ciudades-estado griegas, hasta que quedaron eclipsados por las falanges macedonias de Filipo II y Alejandro Magno.